Rodrerich

1 de octubre

Llueve.

Ya casi es de noche.

Hoy otra vez

es mi cumpleaños.

 

Es casi igual que siempre,

pero no,

hoy estoy más

solo,

encerrado

en un reloj

de arena.

 

Me voy convirtiendo

en el grano

que se va quedando

solo

para cruzar

la cintura mediana

de este cristal

que me oprime.

 

Pronto caeré,

me sentiré

volar por unos instantes

y estaré de nuevo

junto a mis amigos

que abandoné

durante años.

 

Volveré

a estar acompañado

¿o es que este túnel

se seguirá estrechando

hasta cerrar el

paso a mis deseos?