soullless

Vieja Melancolia

He caminado por senderos rotos,

donde las palabras dulces se deshacen como ceniza.

 

Una y otra vez,

he creído en promesas que se desvanecen,

en nombres que se pierden en la nada,

en corazones que juran amor

y luego se cierran como puertas oxidadas.

 

Cada vez, me he roto un poco más,

aprendiendo la composición del dolor,

el vacío en mi cuerpo que deja ese adiós.

 

Y ahora, aquí estás tú.

 

Tu voz acaricia mi nombre,

lo envuelve en una ternura que me desarma,

como una niña pequeña diciendo su primera palabra.

 

Me recibes con los brazos abiertos,

con una alegría que parece desafiar a la realidad,

y mi pecho, cansado, se enciende otra vez.

 

Dices que me quieres,

y tus palabras caen suaves,

pero resuenan como campanas en un lugar que ya conoce su sonido.

 

Te abres sin temor,

mostrando tus verdades sin pedir permiso,

como si confiar en mí fuera tan natural como respirar.

 

Me extrañas,

aunque solo me haya perdido de tu vista,

el mismo tiempo en el que un suspiro tarda en desvanecerse.

 

Sé lo que viene.

 

Conozco los pasos de este camino,

los riesgos que acechan en cada rincón,

el abandono que me mira desde la oscuridad.

 

Y aun así,

contra todo lo que he aprendido,

contra el mapa de cicatrices que cargo,

vuelvo a creer.

 

Vuelvo a dejar que mi corazón se incline hacia ti,

como una rama que no teme romperse bajo el viento.

 

Porque, aunque lo he vivido mil veces,

aunque el miedo me susurra que esto no es nuevo,

tu luz me llama,

y no puedo resistirme a su calor.

 

Y en ese instante,

cuando tus palabras tocan mi alma a través de la distancia,

siento el peso de todo lo que fue,

de todo lo que podría ser,

como una vieja melancolía.