“Tus lágrimas dibujan
torrentes de plata en tu piel callada,
rodando por tu barbilla temblorosa,
hasta dormir donde nacieron: en el alma.
El río de tu corazón se desborda,
y tus ojos, como arroyos, componen
una melodía de nostalgia pura,
regresando al pozo de hondura oscura.
¿Quién osa descender donde el alma se esconde?
¿Quién oye la nota que en su corazón responde?
El corazón ama tan hondo como ansía,
un abismo nutrido por el flujo interminable del alma.”