Aquel hombre tan apenado
de los versos sollozantes,
profería expresiones abundantes
con su corazón destrozado.
Aquel fino espíritu humano
en la obscuridad medrosa
buscaba en la profunda fosa
salir de este cruel pantano.
Aquel melancólico sujeto
ausente de su tierra nativa,
deseaba versos que dieran vida
a su alma por completo.
Porque las letras son ungüentos
aunque sean un puñado de versos
impresos en papel con diversos
de refrigerios para estos momentos.